jueves, 2 de julio de 2009

René la hormiga suicida

Soy una pequeña hormiga que vive en el centro de la ciudad.
Me despierto cada día y veo el atardecer que se enreda con el humo del tractor
y el aerosol para mosquitos y el insecticida para animalitos.
Muero lentamente con toda esta contaminación que verdaderamente me encanta!
Me lavo mis manitas después de haber tocado sangre de mis pacientes
sangro de vez en cuando cada vez que intento cortar sus intestinos y desgarrar las últimas estrófas que entonan con sus gritos y alaridos.
Me voy durmiendo poco a poco cuando pienso en ellos, cuando siento mis pequeñas patitas en sus labios rotos.
Me lastimo con los cubiertos que utilizo para sacara sus pequeños cerebros y descuartizar los pocos músculos que les quedan activos, me facina y me vuelve una hormiga loca saber que puedo inyectar mi veneno en sus pupilas y ahogarlos en sus propias mentiras y vulgaridades. Veo y admiro el cuerpo humano como un carnicero admira a una vaca gorda, admiro al cuerpo humano como un loco un demente que jura no estar loco y es así como me siento cuando pienso en el cuerpo humano frágil como porcelana y tan abstracto como una obra de Dalí, pero que sabe una ingenua hormiga a cerca del canibalismo y Salvador Dalí? Tal vez pensaran que nada pero es ahí donde encuentro su punto débil y me atrevo a decirles que el ser superficial no conlleva a nada más que máscaras clandestinas. Muero por descuartizar sus ideas erróneas y desgastar toda esa tinta en su piel manchada.


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